literatura

jueves, 31 de julio de 2014

Análisis de los heraldos negros de César Vallejo



Los heraldos negros.
César Vallejo.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!



Estructura externa:
El poema está compuesto por cuatro cuartetos y un verso final que repite el primero del poema.
Todas las estrofas a excepción de la primera tienen versos alejandrinos.
En la primera estrofa los dos primeros versos son alejandrinos y los otros dos son endecasílabos.
La rima es consonante en todas las estrofas menos en la primera.

Análisis de Los Heraldos Negros.
El poema comienza con una certeza a través de la utilización del verbo haber en presente afirma la existencia de esos golpes.
... es una pausa que realiza el yo lírico para la reflexionar al respecto de esa afirmación.
Yo no sé! Es una duda que tiene el yo lírico debido a que no sabe de donde provienen esos golpes.
En el segundo verso se compara la fuerza de los golpes mencionados en el verso anterior con la fuerza de los golpes provenientes del odio de Dios.
En los versos siguientes de la primera estrofa, se hace alusión a la huella que van dejando esos golpes producidos por un dios que odia, en el alma del hombre.
Nuevamente el yo lírico deja un espacio para la reflexión a través de los puntos suspensivos (...) para luego retomar con la duda expresada en ese yo no sé.
En la segunda estrofa el yo lírico comienza con una nueva afirmación pero que esta vez alude a la cantidad de los golpes, que son pocos.
Pero son, por medio de esta conjunción adversativa el yo lírico nos quiere mostrar que si bien esos golpes son pocos se hacen sentir.
Se deja una nueva pausa para la reflexión pero continuará tratando de describir que son esos golpes y nos dice que provocan heridas en todos los hombres por igual, ya que ni los más fuertes pueden evitar ese sufrimiento.
En el tercer y cuarto verso se intenta dar una definición de esos golpes y se plantea dos hipótesis si serán los potros de bárbaros atilas o los heraldos negros que nos manda la muerte. Esta muerte esta personificada ya que según este planteo los golpes son los mensajeros que nos manda la muerte.
En la tercer estrofa se comienza con otra afirmación ya que se plantea que estos golpes recibidos son las caídas hondas de los cristos del alma, haciendo referencia a la fe, para luego agregar que esta fe que hay por parte del hombre hacia Dios está siendo burlada por el Destino que blasfema. Se plantea una personificación del Destino, ya que se plantea que es el destino nos insulta.
En el tercer y cuarto verso se nos da un nuevo calificativo para esos golpes ya que se los presenta como sangrientos porque se los asocia al dolor por la presencia de la sangre.
Se plantea que estos golpes sangrientos son el principal alimento, al hacer mención al pan que provoca que ese mensaje de amor que se nos pretende enviar se queme al enfrentarse al mundo.
En la cuarta estrofa se hace referencia al hombre al cual califica como pobre, en cuanto a que no puede hacer nada para evitar esos golpes.
Y se compara la forma en la que mira el hombre cuando recibe esos golpes con la mirada del hombre cuando recibe una palmada en el hombro.
Vuelve los ojos locos, cuando hace referencia a los ojos nos muestra el reflejo de dolor, de tristeza que el hombre muestra a través de la mirada.
Todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada. Se hace una comparación de la mirada impregnada de culpa con la mirada del hombre al recibir esos golpes.
Para finalizar el poema se retoma el primer verso del mismo para mostrar que si bien el yo lírico a tratado de definir los golpes pero que no lo ha podido hacer porque al igual que todos los sentimientos son indefinibles.
Este final nos da una estructura circular del poema y nos deja esa idea inconclusa para incitar a la reflexión.

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